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Vivienda en un local comercial: ¿está permitido por la ley?

En los últimos años, ha aumentado la tendencia de convertir locales comerciales en viviendas, especialmente en ciudades grandes donde el acceso a la vivienda se ha complicado. No obstante, esta práctica genera dudas tanto legales como urbanísticas que muchos desconocen. En Finques Campanyà te explicamos todo lo que debes saber según la ley.

 

Antes de considerar alquilar un local con la intención de usarlo como vivienda, es esencial conocer la legislación actual, ya que no todos los espacios comerciales son aptos para transformarse en hogares. Es importante aclarar estas cuestiones basándose en las leyes pertinentes.

 

La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) distingue dos tipos de contratos de alquiler: el alquiler de vivienda habitual y el alquiler con un uso distinto al de vivienda. El primer tipo está destinado a satisfacer la necesidad de residencia permanente del arrendatario. Esto incluye no solo el espacio donde habitará, sino también otros elementos accesorios, como trasteros o plazas de garaje. En cambio, el alquiler con otro uso se refiere a propiedades destinadas a actividades comerciales, industriales, profesionales o recreativas, como los locales comerciales. Según el artículo 3 de la LAU, estos arrendamientos no son considerados para fines residenciales.

 

Por tanto, un local comercial o una oficina no puede ser alquilado como vivienda si sigue siendo clasificado bajo esta categoría. No obstante, si se lleva a cabo el procedimiento adecuado, es posible cambiar su uso a vivienda.

 

El proceso para convertir un local en vivienda y alquilarlo implica varios pasos. Primero, el inmueble debe obtener la licencia de primera ocupación y la cédula de habitabilidad, lo cual requiere un cambio de uso oficial. Esto garantiza que el espacio cumpla con las normas mínimas de habitabilidad y sea apto para que se pueda empadronar un inquilino y contratar suministros básicos.

 

Los pasos para realizar este cambio incluyen un estudio previo de viabilidad, la solicitud al ayuntamiento para obtener el permiso, la ejecución de las obras necesarias y la inscripción en el Registro de la Propiedad. Sin las licencias pertinentes, alquilar un local como vivienda puede resultar en sanciones económicas, que pueden alcanzar hasta los 90.000 euros.